¿Alguna vez has tenido una idea muy clara y cuando la encuentras tan bien explicada en un documento sientes una mezcla de emoción y alegría porque coincides completamente? Incluso en aquellos pensamientos que todavía no has dicho en voz alta (tienes la sensación de que si lo hicieras nadarías a contracorriente) y en cambio, el autor, Diego Rivera, los expresa sin reservas.
El documento en cuestión es “Comunicación y valores reales: Slow-comm” del blog Medios sociales. Y la idea es la comunicación con valores.
No creo que sea recomendable leer este white paper, sino obligatorio. La comunicación slow está “al servicio de los valores reales”. El adjetivo slow significa lento y pausado, y se impone a la cultura fast y a la infoxicación, es decir, a la velocidad y a la rapidez con la que vivimos, nos relacionamos y nos informamos. El movimiento slow propone una vuelta a “las pausas y a los silencios”, a “la profundidad y a la observación” para huir de la superficialidad y de lo efímero. La sostenibilidad es su esencia. “La sostenibilidad comienza en uno mismo, ha de ser interior (ritmo vital) y exterior (ciclos naturales)”.
En mi opinión, la comunicación con valores es la única forma de entendimiento y unión entre las marcas y el público. Las personas cada vez somos más exigentes en cuanto a la calidad de un producto y/o servicio y sobre todo en lo que se refiere a su autenticidad. No queremos promesas incumplidas y mucho menos que nos engañen; deseamos experimentar los valores a los que se asocia una marca. Se trata de ser auténtico y de que los mensajes sean coherentes con las acciones. “No me digas que voy a ser más feliz y más libre, ayúdame a serlo, ¡o cállate!”.
La vuelta al origen es fruto de un cambio social y “No se trata de un asunto exclusivo de la comunicación, afecta a la columna vertebral de las organizaciones, a su misión y visión empresarial. Los valores reales deben ubicarse en el centro de las empresas, no en el departamento de comunicación ni en el área de responsabilidad social. Por lo tanto, forman parte del carácter corporativo de una organización y sus líderes han de ser responsables de definirlos, demostrar que son auténticos y transmitirlos”.
Se puede decir más alto pero no más claro. Sí a la comunicación con valores. Sí a un cambio que sitúa a las personas en primer y último lugar. El desafío es grande y apasionante.
¿Estás de acuerdo? ¿Qué opinas de la slow-comm?