“No sé por dónde empezar”, “qué escribo”…

¿Te suenan estas expresiones, las has dicho o pensado alguna vez? Si es así, a partir de hoy no volverás a repetirlas porque se puede aprender a redactar con los siguientes seis pasos.

El “yo no valgo para esto” o “esto no es lo mío” no es una opción válida, sobre todo cuando hablamos de competencias tan necesarias en el día a día y en el trabajo. Los retos hay que afrontarlos con ganas, ilusión y esfuerzo.

La cuestión es empezar. Como escribió Antonio Machado: “Caminante, son tus huellas/ el camino y nada más;/ Caminante no hay camino,/ se hace camino al andar. (…)”.

1. SIÉNTETE CÓMODO

Buscar el lugar y el momento que te agrade es el primer paso para empezar a escribir. Cuanto más cómodo te sientas, más fácil será que te inspires y que fluyan las ideas. A veces una imagen, una experiencia o algo que has leído es suficiente para activar la creatividad que todos tenemos, aunque a menudo está dormida y tienes que despertarla.

2. LA LLUVIA DE IDEAS

Aprovecha ese momento y escribe el torrente de ideas que bailan en tu cabeza en un cuaderno o en el ordenador (enuméralas o marca cada una con un guión). Estás dando el segundo paso: la lluvia de ideas. Llegar hasta aquí merece un aplauso, puesto que muchas veces nos quejamos de falta de inspiración e imaginación. ¡Perfecto, ya tienes la materia prima! Ahora hay que trabajarla.

3. EL MENSAJE Y EL PÚBLICO

En el tercer paso, el que exige mayor concentración y reflexión, debes hacerte estas preguntas: ¿qué quiero comunicar? y ¿a quién va dirigido mi mensaje? No te lo saltes porque el resultado final depende de si eres capaz de dar una respuesta clara y coherente a estas preguntas.

Tener bien definido el mensaje y el público es la clave de cualquier texto. Clic para tuitear

4. ORGANIZA EL CONTENIDO

Si has llegado hasta aquí, has hecho lo más difícil; conoces la información necesaria para dar el cuarto paso: diferenciar las ideas principales de las secundarias y saber el registro lingüístico que vas a utilizar. Por ejemplo, no es lo mismo escribir una carta al director de una empresa que un correo electrónico a un amigo. En el primer caso, el registro es estándar (lenguaje formal) y en el segundo, coloquial (lenguaje informal).

5. EMPIEZA A REDACTAR

Quinto paso: es hora de dar forma a todo el trabajo anterior. Comienza siempre por las ideas principales, cada párrafo suele contener una idea, y continúa con las secundarias. No repitas ideas. Usa conectores, sinónimos, pronombres y ten en cuenta los signos de puntuación.

No olvides que la claridad es fundamental para transmitir el mensaje. Clic para tuitear

6. LECTURA Y REVISIÓN

Sexto y último paso: la lectura final y global (tantas veces como lo creas conveniente) es esencial para detectar y corregir errores ortográficos y morfosintácticos, y para asegurarte de que el texto cumple las expectativas que deseas. Ante cualquier duda consulta, sin pereza, el diccionario⃰. Y recuerda que la presentación también es importante.

Con este esquema sencillo, ya no tienes excusas para intentarlo.

¿Te atreves? ¡El resultado puede sorprenderte gratamente!

 

⃰ (Diccionario de la Real Academia Española: www.rae.es / Manual del Español Urgente: www.fundeu.es etc. / Llengua catalana: Institut d’Estudis Catalans: http://dlc.iec.cat/ / Enciclopèdia Catalana: www.enciclopedia.cat etc.)

 

Esta web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento. Para más información, clica en este enlace.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Share This